Del Ecosocialismo a la Democracia Ecológica

[15/06/2013] El Partido de Izquierda (Le Parti de Gauche), la formación política francesa fundada por el candidato a las elecciones presidenciales del Frente de Izquierda, Jean-Luc Mélenchon, invitó a Ecosocialistas de la Región de Murcia a participar en la Asamblea por el Ecosocialismo que se celebró en Rodez el sábado 15 de junio. La asamblea contó con la asistencia de destacados representantes de colectivos sociales y ecologistas. El Partido de Izquierda ha decidido en su último congreso asumir la seña de identidad del ecosocialismo, y ha realizado un llamamiento a la sociedad francesa e internacional para articular este espacio político. David Hernández Castro, responsable de organización de Ecosocialistas, intervino en esta Asamblea a través de una videoconferencia. Aquí puede leerse en castellano el contenido de su intervención.
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Assises pour l'écosocialisme (Rodez)
Del Ecosocialismo a la Democracia Ecológica

David Hernández
Castro
Queridos amigos y amigas: Saludos desde la Región de Murcia. Los ecosocialistas españoles tenemos un gran interés por el proceso de convergencia que habéis convocado en Francia. Estamos muy orgullosos por vuestra invitación, y esperamos que esta primera toma de contacto sea el principio de una relación de colaboración entre nuestras organizaciones políticas.

Ecosocialistas de la Región de Murcia

Ecosocialistas de la Región de Murcia es un partido político que forma parte de Izquierda Unida. Nos constituimos en el año 2011, y nuestro ámbito de actuación es la Región de Murcia, en el sureste de España, entre las Comunidades Autónomas de Andalucía y Valencia. Somos una formación política, por tanto, muy joven, pero tenemos representación institucional, a través de IU, en muchos municipios de la Región de Murcia. Dentro de nuestro partido, tenemos a importantes activistas sociales, sindicales y ecologistas. Compañeros nuestros han participado en la fundación de las Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), que está a la cabeza de la lucha contra los desahucios, una lacra terrible en nuestro país, donde ya se han producido más de 120 suicidios relacionados con los desalojos, y donde cada 15 minutos se expulsa a una familia de su vivienda. Murcia es una región particularmente afectada por la burbuja inmobiliaria: nuestra huerta y nuestro litoral han sido gravemente atacados por la fiebre del ladrillo. Recientemente, la lucha de los ecologistas ha conseguido detener la urbanización de 11.500 hectáreas del paraje costero de Marina de Cope. Es una zona con gran valor ambiental, donde habitan muchas especies protegidas. La batalla por salvar Marina de Cope ha durado 11 años, pero al final, hemos conseguido una gran victoria.

Otros ecosocialistas en España

En España, hay otras organizaciones políticas que se denominan ecosocialistas, pero ninguna con representación en todo el Estado. Recientemente se constituyó EQUO, que aunque se ha mostrado cercano en muchas ocasiones a las ideas ecosocialistas, ha elegido como referente político y socio estratégico a Los Verdes alemanes. Nosotros nos sentimos mucho más próximos a la forma de entender el ecosocialismo que estáis planteando desde el Partido de Izquierda. No podemos luchar contra las contradicciones de carácter medioambiental, si no luchamos también contra las contradicciones sociales. En este sentido, nos identificamos con el contenido del Manifiesto de las Asambleas por el Ecosocialismo, con esto que llamáis “una nueva síntesis política de izquierda”. Vamos a debatir y difundir vuestro documento en España, y queremos iniciar un proceso de convergencia similar al que vosotros habéis iniciado en Francia.

Sobre la Democracia Radical

Hay un asunto en particular que nos interesa destacar. En varios momentos hacéis referencia en vuestro Manifiesto a la necesidad de democratizar las relaciones sociales. Para nosotros, este proceso de democratización supone una apuesta estratégica que necesita una mayor definición, porque no se trata sólo de un objetivo que queramos conseguir para el futuro, sino de una forma de organización que tenemos que anticipar en el presente. La democracia no se encuentra al final del proceso, sino al principio. Es aquello por lo que luchamos, pero también la forma en la que luchamos. Hay una relación de determinación recíproca, no suficientemente subrayada en la historia política de la izquierda, entre la forma de organización, y la conciencia social. ¿Cómo se determinan los valores en la conciencia? ¿Cómo logramos que la gente se vuelva más solidaria, más ecologista, más participativa? Para responder a estas preguntas, debemos profundizar en el significado político y práctico de la democracia radical.

Siempre hemos dado mucha importancia a la educación teórica, pero es en el terreno de la educación práctica donde se libra la batalla de la conciencia. Sin duda, leer libros ayuda bastante. ¿Pero cuántos casos conocemos de compañeros y compañeras que sin haber tenido oportunidad de acceder a una educación superior son mucho más socialistas que muchos profesores que se pasean con el libro de Marx debajo del brazo? Esto nos demuestra que la conciencia es el resultado de una habilitad práctica. ¿Y cómo funcionan las habilidades prácticas? Pongamos un ejemplo: Si queremos aprender a tocar la guitarra, sin duda hay manuales que nos ayudarán bastante. Pero todo el mundo se reirá de nosotros si intentamos aprender a tocar la guitarra encerrándonos en una biblioteca con un manual. La manera de aprender a tocar la guitarra es tocando la guitarra. Y lo mismo sucede con el resto de habilidades prácticas. Aprendemos a montar en bicicleta, montando la bicicleta. Y a nadar, nadando. Esto es lo que sucede también con las pasiones, y con los valores políticos, y con la virtud republicana. Aprendemos a amar, amando; a ser solidario, practicando la solidaridad; y a ser republicano, llevando una vida republicana. 

Parece algo complicado, pero en realidad, no lo es. Cuando nos organizamos para hacer o decidir cosas, nuestra actividad se está desplegando en dos esferas distintas. Por un lado, está el ámbito de la práctica concreta: nos reunimos, por ejemplo, para discutir sobre ecosocialismo, o para decidir cuál será nuestra siguiente acción reivindicativa. Pero por otro lado, al mismo tiempo que se realiza esta práctica concreta, se están produciendo determinados valores en nuestra conciencia. En principio, nos reunimos para hablar de ecosocialismo, o para tomar una decisión cualquiera, pero durante el transcurso de esta reunión nos vamos haciendo más solidarios y participativos. Llega un momento donde el resultado de nuestra deliberación es lo menos importante: lo más importante es que el hecho de reunirnos nos ha vuelto personas más sociables y solidarias, más interesadas por el destino de nuestros compañeros, y también, más expertas en la toma de decisiones. Puede que en algún caso concreto nos equivoquemos, pero de lo que no cabe ninguna duda, es de que cuanto más se participa en la toma de decisiones, mejor se aprende a tomar decisiones. Las virtudes y las pasiones son cualidades auto-incrementativas: más se aprende a tocar la guitarra, cuanto más se toca la guitarra; más se ama, cuanto más se ama; y más se aprende a ser socialista, cuanto más se practica el socialismo.

Por tanto, la democracia es un fin en si mismo. El mero hecho de participar, de implicarse en la gestión de los asuntos que a todos conciernen, de reunirse con los compañeros para establecer las prioridades y necesidades de la organización y la sociedad, nos realiza como personas, nos hace mejores, nos educa en ciertos valores de convivencia que la sociedad del espectáculo ha relegado al último rincón. Por eso consideramos necesario realizar una revolución de las estructuras de nuestras organizaciones políticas. No basta con que exijamos un futuro más democrático. Debemos anticipar ese futuro en nuestras propias formas de organización política. La sociedad debe reconocer al ecosocialismo no sólo por lo que defiende, sino también por la forma en la que lo defiende.

Sobre la Democracia Ecológica

Además, y para terminar, hay también una dimensión ecológica en la participación democrática. Hay un principio en la biología que relaciona la variedad real de las poblaciones con sus posibilidades de adaptarse al medio ambiente, y por tanto, de sobrevivir. No es que debamos importar a las relaciones sociales los principios de organización de la biología evolutiva. Pero sí pensamos que en este caso concreto, nuestra forma política de organización saldría fortalecida si tuviéramos en cuenta este principio. La clave consiste en considerar que el ecosistema político que más favorece a la izquierda, no es la lucha de las organizaciones políticas de la izquierda entre sí, sino la articulación de formas de organización democráticas más ricas y complejas, donde las organizaciones y tendencias de la izquierda puedan desplegar su identidad política sin necesidad de rivalizar unas contra otras. Al contrario de lo que algunos piensan, lo que hace fuerte a una organización política, no es el tipo de unidad que elimina las diferencias, sino aquella que fomenta la diversidad. Las condiciones sociales y políticas están en proceso constante de transformación, y cuánto más variados sean los recursos políticos de las organizaciones sociales, mayor será su capacidad de adaptarse a los nuevos retos del sistema. Nosotros apostamos por la organización de frentes amplios, porque dentro de unos parámetros comunes, estamos convencidos de que la diversidad de identidades políticas favorece la toma democrática de decisiones. El Frente de Izquierda es un buen ejemplo de cómo este principio pueda dar resultados muy positivos. Por esta razón, y por otras sobre las que no podemos extendernos, cuando hablamos de democracia, hablamos también de democracia ecológica. El principio de la atención a la diversidad que defendemos para el medio ambiente, funciona también para el interior de nuestras organizaciones políticas.

Muchas gracias.